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miércoles, 21 de agosto de 2024

PARRAFADA

Quiero contarte que muchas de las cosas que escribiré, deberás leerlas varias veces, no solo por tus problemas visuales sino y sobre todo por tu cortedad existencial, es decir, como eres básico, simple y bastantico merluzo, quizá debas recurrir a la inteligencia artificial para que te explique lo que te quiero expresar con estas letras. Yo no soy un tipo con mucha testosterona, ya sabes, no huelo a perro mojado, ni tomo cerveza, debo aclararte que no soy velludo... pero mi voz... para que lo sepas, es notable, no como la tuya, que es un poco gangosa. Pero, por mi propia salud mental, no haré muchos parangones entre tú y yo, no obstante, me permitiré decir que mis manos son delicadas y artísticas, que posiblemente soy más perverso y que de lejos soy mejor persona. Entre tú y yo está ella. Nuestra princesa compartida -en tu caso con partida-,  ¿nuestra? preguntarás, sí querido, nuestra, porque no te imaginas lo que sé de ella, porque sé que no puedes pensar más allá de tus intereses y al ser mezquino, no puedes entender que alguien trascienda los propios linderos de tu cuerpo. Aquí te voy a dar tiempo para que vuelvas a leer… ¿Ya? Te decía que, con tu miedo de niño desconsolado, vas por el mundo imponiendo tu verdad, hecha de vanidades, tonterías, viajes a los viajes, mujeres que compran baratijas -como tú-  y cándidos que te consideran un buen amigo. Solo tienes dinero, pero lo que ella y yo hemos hecho, compartido o vivido, no se vende, no lo puedes comprar… Capisci? Yo, amiguis, también fui-soy un niño consentido, pero mi figura paterna sí es relevante, de mi padre aprendí la honestidad, la disciplina, la paciencia, la humildad… como podrás ver, son solo palabras que a duras penas conoces, mucho menos entiendes y estás tan distante de aplicarlas como yo de tu integridad. Pero, vamos de una vez al centro del problema: Intercambiaste fluidos con ella ¿crees que ese es el problema? ¿Las posiciones? ¿Las palabras groseritas? ¿Las gotitas mediocres de sudor? ¿Abrir su fuente? -Por si acaso, no me refiero al tipo de letra-... ¡No señor.! Se trata de que la tomaste cuando estaba vulnerable… porque ella sabe que le eres dañino, porque de verdad te amaba -he escrito esto en pasado imperfecto, a ver si captas la idea-. Alguna vez hablamos de tu poder sobre ella, en ese entonces, eras un mal recuerdo, un asunto a superar, después fuiste un problema, porque con tu intermitencia, ella no sabía bien cómo protegerse de tu virilidad, porque te mostrabas tan seguro, tan en control.. Pero, ahora que sé lo que has hecho, que la has engatusado una vez más con mentiras, que la has relamido su sabor, que la has manoseado, ella ha quedado rota. ¡Qué poder! Triste, ruin y solitario, sigues en tu ejercicio de masturbación con los demás… Falso, manipulador y fantoche, no eres capaz de asumir que te tiras un pedo así estés solo. Pero de esos pedazos, de los que dejaste de ella, surgió algo: la esencia de la dignidad. Lo poco que valías se rompió en esos mismos pedazos y yo aquí, acomodando su cabello, tocando su glúteo derecho con la excusa de acomodar su jean, haciéndole limpieza facial por su acné menstrual, oliéndola… y tú allá, en el lugar que tiene un nombre propio: Asco. Como no lo notas te lo diré, las acciones que yo realizo en el párrafo anterior están expresadas en gerundio… “las estoy realizando” y tú, solo tienes la imagen de lo que rompiste cuando realmente tú eres es que está despedazado. ¿Recuerdas que te dije que alguna vez hablamos de tu poder sobre ella?, ¿qué era eso? ¿cuál era el lazo? y en una de nuestras charlas indecentes, mientras le hacía un masaje soltó la idea de que lo único que quedaba entre ella y tú era lástima. Te daré tiempo para que manifiestes tu indignación y creas que mi madre tiene algo que ver en esto o que te estoy humillando… no mi querido… no soy yo… todo se resume en que eres solo el pésimo reflejo de una piltrafa que llevaba tu nombre y apellido. Pero, no te preocupes, todos tenemos actitudes jartas y así también tenemos otras contrarias, la buena noticia es que cuando nos aman, se nos dice que podemos cambiar y, cuando amamos nos esforzamos por cambiar. Obvio no aplica en tu caso, porque no puedes dar de lo que no tienes. Tanto amor por ti mismo te lleva a pensar que los demás deben orbitarte. Y aún así, te atreves a exigir a solicitar que se te olvide. ¿¡En serio!?, a esta altura dudo de tus habilidades generales. Ya para acabar, te quiero preguntar algo: ¿cómo es el purgatorio?

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