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martes, 8 de junio de 2010

USTED NO ENTIENDE

“Deja que salga la luna deja que se meta el sol
y deja que caiga la noche y que empiece nuestro amor,
deja que con las estrellas me llene de inspiración
para decirte las cosas más bonitas corazón (…)”

Su voz golpeó todo. Era una reunión de amigos y ella estaba nerviosa, pues entre los invitados estaba alguien que conocía a su señor, al amor de sus amores… en la dinámica bohemia, alguien tomó la guitarra para ponerle notas a las frases, que circulaban como queriendo acariciar los oídos.

Antes, ella había manifestado que no quería cantar, que no estaba de ánimo y que era mejor irse de allí, otra alma talentosa le había rogado quedarse, le dijo que sólo era cuestión de un rato, pero todo empeoró cuando ella vio a aquel caribeño emperifollado que tenía contacto directo con quien era el amor de su vida. Entonces la invadió un pánico abismal, como si estuviera cometiendo el peor de los pecados, quien la había llevado a aquella reunión – una mujer de alma talentosa – , le dijo palabras más, palabras menos que, en realidad ella no estaba haciendo nada malo, y que de todas formas, ella tenía derecho de divertirse.

Entonces se envalentonó, se tomo sendo trago de whiskey, acomodó las solapas de su abrigo gris, pasó la mano por su frente redonda y su pelo como resortes diminutos de ébano se encendió en un brillo fascinante, al verla era evidente su imponencia…


“Deja que salga la luna deja que se meta el sol
y deja que caiga la noche y que empiece nuestro amor,
deja que con las estrellas me llene de inspiración
para decirte las cosas más bonitas corazón (…)”


Todos se quedaron en silencio obligado, la guitarrista acompañante sonreía y la cantante saltaba de nota en nota y de repente el poeta del grupo, aquel solitario ser que tenía siempre la frase adecuada, se paró de su sitio, tambaleante caminó hacia ellas, con la cabeza gacha y la respiración entrecortada ordenó: ¡Cállese!. La guitarrista empalideció e hizo una sonrisa como ofreciendo excusas, la cantante no perdió su majestuosa postura escénica y el poeta dijo: “Cállese señora… ¿Usted no entiende verdad? Yo… yo… me he prendado” y la tomó por el cuello en una pirueta delicada besándola con un leve y romántico desespero.

La guitarrista movía la cabeza, mirando el público y mirando a la pareja, el beso quizá fue de pocos segundos, pero el poeta empeñó sus vidas siguientes ahí, y quedó con el alma vulnerable y cada vez que respiraba se le acababa el tiempo para estar con ella y ella, por el licor, por la noche, por el canto se quedó en una pausa eterna.

El poeta enamorado enviaba flores, escribía versitos alegres y enfadados, perseguía a su sirena bendita… y ella con dueño, y ella con su amor vital… y el poeta se destrozaba en llanto silencioso, se odiaba por expresar pero se asfixiaba si no lo hacía… el tiempo indolente acalló la pasión, la distancia alejó el horizonte y lo hizo panorama general… el poeta renovó los votos de melancolía y signó su camino como contribuyente a la cultura… ella esperó toda la vida a quien sabía que no podía esperar.


“Deja que salga la luna deja que se meta el sol
y deja que caiga la noche y que empiece nuestro amor,
deja que con las estrellas me llene de inspiración
para decirte las cosas más bonitas corazón (…)”


Hoy se escuchan los elegantes lamentos, hoy quizá tomemos un café y desmadremos a los políticos, o salgan historias asombrosas de novelas que tuvieron que untarse de mierda para no ser destruidas…

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