COMO UN REGALO DESDE TUS LABIOS

¿Has conocido a alguien que te intrigue?...

Ella era oscura y transparente a la vez, enviaba señales confusas, que por supuesto enloquecían a quienes la rodeábamos, tenía un temperamento de mierda, que ni ella misma toleraba, por lo tanto hacía esfuerzos para no demostrar lo que en verdad sentía... pero he de decir que era pésima actriz, pues con sus ojos removía a madrazos lo que su boca no decía; bastaba entonces que frunciera el ceño o moviera levemente los labios para expresar su permanente, insistente e insolente enfado.

Su tez era trigueña, o mejor decir trigueña bronceada, su cabello espeso y tan negro como mi pisado pasado pesado, de frente angosta y redonda, de nariz refinada y de labios tersos, delicados y a la vez fuertes. Realmente el color de su piel no le ayudaba en las fracasadas artes escénicas, pues cada vez que sucedía algo, con lo que ella no estuviera de acuerdo, ella empalidecía... pero en verdad, "enverdecía"... cuando estaba energúmena se ponía del color de Shrek.

De su personalidad, hay que destacar su calma, su pasado la había hecho fuerte, así la temprana y permanente ausencia de su padre, la convertirían en una mujer observadora más tendiente a hacer que a decir... pero, la cara contraria era su temor a perder lo que ella consideraba propio, en otras palabras, era insegura en los temas emocionales.

No sé si decir si era terca o paciente, lo que sé, es que cuando llegaba a sus límites exhibía un salvajismo insólito, (esa fiera tribal me encantaba... pero evidentemente y por mi salud física, mental y espiritual, nunca se lo dije), entonces mostraba una rabia pura, indecente, argumentada y lamentablemente sexy.

Dije que ella expresaba de manera confusa sus sentimientos, pues podía ser conservadora y coqueta, proactiva y perezosa, feroz y dócil, como una de esas reglas de niños que al moverse cambian la figura.

Una vez pensé en decirle que era facilista, y que veía la vida sólo desde su punto de vista, que no soportaba su lentitud emocional, que me parecía que era apaciguada para sentir y arrebatada para reaccionar... pero no pude porque me quedé mirando sus labios rojos y ahí perdí todas mis reprimendas ridículas.

Quise besarla tanto que olvidé quien era ella; quizá el hecho de deslizarme por su boca era menos traumático que decírselo, pero la realidad angustiosa me devolvió a sus palabras, que repetían obsesivamente "es complejo".

Niña intrigante, niña que me causas problemas, niña ajena, niña de fantasías medianas y obsesiones simples, quizá en un cuarto caluroso te mire y te desee en silencio, mientras te solazas en brazos familiares, es posible que me atreva a columpiarme de un beso robado y desde allí finja que no te deseo.

Eso es todo... sólo queda mi posibilidad de aferrarme a un recuerdo, que no sé si sucedió o inventé para no arrodillarme ante la frustración...

¿Sin final verdad?... Ciertamente.

De alguna manera te adjudicaste la autoridad de poner punto final.