No
sé cómo decirte, mi bien, que no tengo nada,
No sé cómo decirte, mi amor, que ya no hace falta,
No sé cómo explicarte porque tanta alegría
y con las manos vacías, te regalo una promesa…
“Te regalo una promesa” Sie7e
No sé cómo decirte, mi amor, que ya no hace falta,
No sé cómo explicarte porque tanta alegría
y con las manos vacías, te regalo una promesa…
“Te regalo una promesa” Sie7e
Me siento
vulnerado en tus labios, me acosa una debilidad tormentosa y entonces me acerco
con cautela a tus fronteras… besarte es
un enigma, el encuentro de tu lenguaje y mi manera de leerte, la caricia del
aire en la tierra, tus poderes y mis análisis se tocan con delicadeza, tus
pasados y los míos se enredan con velocidad vertiginosa…
Te beso sin
razón, con excusas, por ternura, por frío, para colmar mis anhelos y para
invocar a los demonios… te beso y no sé más, las teorías son ridículas y todo
se resume en estar ahí en ese contacto que justo por pequeño es universal.
Tú que eres
la dueña, los tienes como quien tiene una joya y no conoce su valor y yo que
sería un anticuario sabedor de su valor, me asombro, me siento avaro, quiero
obtener ese pequeño tesoro, quizá para guardarlo y no compartirlo con nadie más…
se trata entonces de un extraño ritual ambicioso de tener, de poseer, de darle
el valor real desde la perspectiva única de mi forma de verte.
Acaso la luna
esté un poco amarilla y se vea sólo su borde inferior, es un regalo que cabe en
una pequeña cartera rosadita, o la humedad relativa creciente de nuestras
jornadas, algo así como la migración de tu carácter a territorios cuerdos o el
viaje a tus entrañas… tus labios me recrean la aventura de adorarte.
Y ellos dicen
vulgaridades que me parecen perfectas, y ellos se tensan cuando sonríes, y
ellos se agrandan cuando convoco indecencias… tus labios dan la pauta para que
recorras mi cuello y señalan los lugares donde has de dejar las huellas de tus
dientes.
Se fruncen al
compás cruel de tu arrogancia, me narcotizan, me causan infames convulsiones
vinculadas a la abstinencia de su acercamiento, se tuercen cuando dudas, se ponen tensos con
tus sospechas y se visten de acertados colores brillantes cuando quieres
conquistarme.
Hablan de
sueños y prestan atención sublime a mis interpretaciones, cantan y se quedan
suspendidos ante mis exigencias y requerimientos… son dóciles, traviesos,
rebeldes, tercos, suaves, bipolares… tus labios me llevan a botes a la
posibilidad de quedarme cada mañana contigo.
Comen con
ganas, beben con desparpajo, se estiran para hacer soniditos de grillo en celo,
envían besos desde lejos… se dejan morder, son mordidos, tiemblan de frío y
rechazan el agua caliente, son provocativos y provocadores, son choques eléctricos, son perezosos
y les da pena hablar en público.
Son mentirosos,
desalmados y caprichosos, son malcriados y consentidos, son pataletosos y asquientos,
son de buen humor y depresivos… son tímidos y temerarios… nombran a otros,
dicen secretos, pelean y son orgullosos... tus labios te resumen.
Bésame, sin
más criterio que tus labios mismos, recórreme sin las excusas del miedo, rózame
sin pensar en la cerveza que cae, en la canción de despecho o en los amores del
pasado, transítame sin reclamos de atención,
desgástame sin la pretensión de aprobación, satisfáceme sin preguntar,
úsame con la certeza de saberte plenipotenciaria de esta insensatez.
Tal vez es
que un dios se ha compadecido y la alabanza divina sea el origen y el fin de
tus labios… se trata de un protocolo de adoración, un imán de obsesiones o un
recipiente simple de mis anhelos… me pregunto si al descubrir la clave secreta, es decir, el acceso permanente, el fetiche se transforme en consecuencia cotidiana, una
larga indiscreción de ausencia, un guiño de inconsciencia... como si fuera
suficiente pintar las iniciales de tu nombre y el mío en un espejo empañando.
Bésame y me
creeré invencible, bésame y seré un valiente sanguinario, capaz de cubrir tus desdichas…
bésame y me pondré en la tarea de hacerte feliz… de cumplir la promesa de que
todo puede ser mejor… Bésame Preciosa y buscaré los medios para quitarte la
guerra y estar en paz, para tener sueños y comentarlos con buenos augurios…
Mi vida en
tus labios…
3 comentarios:
Ay amigo, que tus sentidos se despejen para contarnos lo que acontece... siento el calor de tu alma enternecida y con furia... hermosas letras. Bendiciones.
Qué lindo... qué dulce... me gusta como todo se vuelve un detalle relevante. Pienso que deberías separar la acción de besar, de los labios. Besos.
Maestro q buen escrito, me encanta la sensibilidad de cada una de sus lineas.. ademas q es muy pertinente
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