UN ESCRITO MÁS, IGUAL NO IMPORTA (!PFFF!)

Y sin darme cuenta pronuncio tu nombre,

como orando por tu presencia.

Finjo que no me dueles, 

para acariciar las tardes,

en las que sólo sé de ti, por lo que recuerdo.

No estás, y repaso tu imagen, tanto lo he hecho,

que ya pareces un recuerdo borroso.

Me convenzo de esperanza, 

me alivio con tus promesas,

lo sé, 

es inocente, pero es mi manera de anhelarte.

Lo anterior no implica que mis deseos no sean voraces,

Obvio, no refiero a eso de ñam ñam,

Hablo de poseerte en todo el sentido de la palabra,

Como un caníbal existencial, 

como un tarascazo de pasión.

Y vuelvo a las metáforas abusadas, 

y recaigo en los ejemplos trillados,

Todo para decirte que… 

¿Qué? 

Y ya no sé que decirte,

Me queda tu imagen desgastada 

y el ahorro de lo que siento.

Si tú no sabes quien eres, 

yo menos, 

pues te traigo a mi mente,

como quiero y no como puedo… 

así, en ese trámite,

Me tratas bien, me prestas atención, 

soy importante…

Pero siempre me estrello 

con esta realidad: No estás.

Quizá entonces me acostumbro a tu reflejo tenue,

Y las palabras que imagino que dices, 

son elaboradas y cuidadosas,

Y te vas pareciendo menos a ti misma en mi mundo,

Y admiro aquello que no tienes,
justo eso que yo quisiera que fueras.

Para este momento, estoy seguro de que te invento,

te fabrico y te renombro,  

te pongo cualidades que detestas y

hasta tus ojos ven otros panoramas. 

¡Qué mal! No eres tú a quien le escribo.

Mis letras tocan a aquella niña dulce, 

mis palabras vuelan,

hasta cielos en donde me siento querido… 

tu poder, no es tu belleza,

tu poder te lo di yo: 

al quererte como te quise.

¡Qué bien!, ya hablo de ti en pasado.