AQUI PUEDES SEGUIR ESTE BLOG

martes, 13 de octubre de 2009

POSTRIMERÍAS DE UN RUMOR

Alguien me preguntó sobre la memoria. Entonces le conté la historia de Zeus y Mnemosine, y la manera cómo aquel dueño del Olimpo quedó prendado de aquella joven hermosa; también le conté sobre las nueve musas que son las hijas de esa unión.

Escuché por ahí, que estabas más hermosa que nunca, que derrochabas encantos, que tus ojos tenían esa extraña seguridad de quien se sabe admirado, que estabas radiante expeliendo una felicidad inusitada y sobre todo, que estabas segura de que lo mejor entre tú y yo era la distancia. Me rio un poco y siento que todo ha valido la pena, que en mi memoria estás intacta y que ahí puedo recurrir a ti, hablarte sin miedos y contarte mis pequeñas trasgresiones y mis grandes obediencias.

Repaso con cautela esta ficción que sin duda es un monólogo, recuerdo mi impacto por tus ojos radiantes cuando hablabas de tu relación pasada, revivo mis enredos al intentar expresarte ideas camufladas, me niego a creer que te mostré mi lado quebradizo y que en el intento por reivindicarme hice cosas que nacieron románticas y murieron ridículas.

Alguien me hablaba de sus fracasos sentimentales y después de escucharlo, pensé en ti como la metáfora perfecta de la perversión, juré que cuando te viera te iba a decir… nada, que mis codicias golpeadas estaban lo suficientemente inconscientes como para querer entrevistarte.

Parece como si hablaras sobre las hazañas que hicieron genios del pasado y yo te estuviera hablando de los fracasos que tendrían los mentecatos del futuro. Todo apunta a que la protesta por mi llegada y la fiesta por mi ida, trascendieron hasta tu pelo, que cambió de forma para agobiar mis lisonjas, así, tu actitud de deidad fresca se transforma en una característica casual de fémina estereotipada.

Hoy observo más y hablo menos, pienso en la dignidad moral de tu decisión hecha de lejanías aturdidas, en mis falacias para hacerte ceder, en mis no-lugares contigo, en la devaluación prematura de mis locuciones y cómo compré acciones en caída libre tras un impulso bursátil cínico.

Las musas de las que hablé en la mañana danzan en mi pecho, los dioses enamorados murmuran sin parar, en mi memoria atardeces con la naturaleza confusa del calor que huye y el frío nuevo que saluda; la nostalgia no está permitida cuando los sentimientos son menospreciados, esto es, pensados y filtrados por la razón, que se llena de moral y culpa.

Alguien me pregunta por el amor, le digo que no sé qué es pero sé cuando pasa, que en lo fundamental, se necesita comprender las incomprensiones del otro para iniciar una relación, que no bastan intenciones sino hay arrojo.

Debo oír con atención las voces de aquello que pretende ser digno, eso que llaman rumores de anhelo, quiero dejar de pensar en tus reflexiones sobre la “tele-apatía”, o tus preguntas retóricas, supongo que no has tenido tiempo de borrar tu condición de tener sangre fría… creo que debes estar ocupada contando tus leyendas nómadas y yo, haré lo que me corresponde: me ocuparé de representar mis mitos sedentarios.

Solipsismo es mi palabra de salvación… es un concepto comodín que se ajusta a formas inusuales, una angustia ególatra que se sabe indecente, se presenta elegante y cree ser importante... ¡ah! y suspuestamente es defensora de los hombres.

1 comentario:

Anónimo dijo...

EN LA DISTANCIA, ME GUSTA!!!