AQUI PUEDES SEGUIR ESTE BLOG

domingo, 2 de octubre de 2011

TU ESCRITURA IMAGINARIA

Escribes... ¿Verdad?... Desde la melancolía...

Naciste entonces en una época de cambios... no hace mucho... un par de décadas... eres pequeña, linda, esquiva y un tanto ambiciosa... supongo que aquel "Don Juan" de turno, te cautivó por su hombría... y entonces al evidenciar en mí, una obsesividad sensible, te aterras, te reprimes, huyes sin despedirte...

Entonces tu sonrisa hermosa se esconde en tus labios delgados, y tus ojos miel se opacan como almíbar impuro… pero he de decirte que me quedé prendado de tu seguridad, quizá por tu situación intelectual o por tu preciosidad, o tal vez, sólo estoy imaginando lo que piensas y todo es producto de mi forma de verte... Muy seguramente, también soy un recreacionista que sólo puede durar una semana haciendo rondas y jueguitos...

Y ahí, en ese lindero entre conservadora y desordenada, te paras con la certeza de lo que haces, de lo que eres, de lo que profesas…captas entonces minucias que nadie ha notado… y te encuentras conmigo, que vivo en los detalles… para que no te asustes, o me leas entre líneas, te quiero contar que sólo te he visto un par de veces, y que todo esto es sólo una manera de tocarte, de acercarme, de admirarte… ¿Qué pensarás?... que estoy ávido de atención, que no tengo nada más que hacer, que en mi más reciente fracaso relacional, te apareces como un falso positivo… o quizá, que sólo quiero escribirte.

Esto me pone en la penosa obligación de interpretarte, so pena de tu rencor, entonces me atrevo a disponer letras para arroparte en las noches, para acomodar tu almohada, para mordisquear tu cuello y para satisfacer tu joven y elaborado ego de fémina.

Esto no es un cortejo, un piropo, una alabanza… es un vestido trasparente para que lo uses en tiempos de lluvia, pero está hecho de frío y tiene poca duración… como bien lo has de saber, en eso de las relaciones esporádicas, uno puede sospechar de la calidad del material.

Quiero hablar de tu estabilidad emocional, la veo, la disfruto y la envidio… pareces entonces paciente y tranquila… tus manos son grandes y las mueves despacio y con convencimiento, eres fuerte y elegante… bueno y yo, sólo puedo verte… analizarte, ver cómo me ves e inventar lo que escribes.

Te hablo entonces de memoria, pues mientras te contaba sobre Funes, el escrito de Borges, ponías atención y tus ojos se perdían en tu pasado, cómo si te recriminaras, esa es la piedra angular de tu lugar… pero he de decirte que me fascina tu fatalismo… es casi como una desconfianza permanente que te pone a dudar… Serías la asistente perfecta de Descartes.

¿Sabes? Si algo he aprendido con mi trasegar y con el gran averno de fantasmas emocionales, es que las pretensiones, al menos en las relaciones, sólo dejan sinsabores… digo esto porque creo… sólo creo que eres presuntuosa… esto no tiene que ver con ropa de marca o cosas… me refiero a tu existencia… esto en lo absoluto se trata de una crítica… es un reconocimiento… una especie de oda a tus privilegios que muestras con un desparpajo encantador… me refiero a tu inteligencia, sensualidad, espiritualidad y sentido de observación.

Pero no vinimos aquí a hablar de lo que he visto, sino de la melancolía, ese lugar en el que habitas y brindas, de alguna manera lo que eres:

“Cuando te vi, sentí un ánimo sombrío… una tristeza que sólo pude comparar con la mía, tus ojos grandes y llenitos de lágrimas, mojaban mi ya desvencijada melancolía… te reconocí como alter ego… ”

No entiendo, quizá es la mala suerte, lo que soy, o lo que he hecho, quizá me lo merezco o no me acomodo a lo que los demás son. Sólo quiero ser feliz… pero no en un modo normal… busco lo extraordinario, lo magnífico… aquello que te haga volar y vivir en la perfección de amar.

Será, entonces al decir de Victor Hugo, “la felicidad de estar triste”, la manera de entenderte, esa pesada carga de tu corto pasado y el miedo a vivir de nuevo los errores, lo que me une a tu apuesta de decir palabras tibias, de dormir sin soñar y de ambicionar cosas que ni siquiera hemos definido.

Freud relaciona la melancolía con el duelo, una especie de lamento por algo perdido… pero lo interesante es que no sabemos qué perdimos… puede parecer loco… pero esa es la ambición a la que me refiero… queremos saber qué queremos… esa búsqueda, desde diferentes puertos es el viaje en el que te encontré… aclaro que, hay una diferencia entre duelo y melancolía, la segunda tiene que ver más con la culpa y la negación… una especie de posesión… como si los fantasmas atormentaran nuestra existencia.

Vuelvo al tema… son fantasmas que no hemos admitido… por eso, justo por eso somos melancólicos… entonces en la nueva trama de instrucciones funcionales, se nos habla de aceptación y superación… pero sólo queremos seguir el camino del olvido, pero desde el recuerdo… es de eso de lo que te hablo, cuando te digo que mi tragedia comenzó cuando te pude ver.

No se trata de depresión… no la deshonremos con intentos de suicidio o tristeza vulnerable, no se trata de nostalgia como la manía de volver al dolor... (para algunos sublimación de un alma exagerada) se trata de encontrar a alguien a quien su sensibilidad lo lleve a una vida sin límites… ¿Qué dices… viajamos juntos?

Antes de irme, quiero contarte que la nostalgia se manifiesta por síntomas y en sí misma es un sentimiento de fascinación frente al recuerdo de lo ausente para siempre en el tiempo... es un conjuro de saber del dolor ante la inasequibilidad de aquello que no tenemos... se podría entonces llamar como un empeño terco de retorno que pretende transponer la compleja, trágica y misteriosa distancia del pasado y el presente...  y  de alguna manera... de alguna mágica manera reubicar el alma en los momentos que el tiempo ha despedazado... ¿Eres nostálgica o melancólica?...

Habría que ver...



3 comentarios:

Jeannette Torres dijo...

Me gusta mucho tu escrito. Has madurado en la riqueza de los detalles, me encantan las referencias freudianas y borgianas y me encantaría ser quien viaje contigo, así sea un paseo corto por las nubes...

JUANGO dijo...

Uhmmm... sin desconocer la calidad del monólogo (el cual es muy bueno), considero que podrías utilizar un lenguajemás sencillo (para todo tipo de lector). Un abrazo.

yajkc dijo...

el silencio no es una respuesta. El silencio es la espera, es la indecisión de multiples posibilidades entre la mas adecuada, la mas sombría, la mas sincera, la mas triste, la mas acertada... motivada por el silencio, solo digo por el momento, que el silencio propio es causa de quedar sin palabras, plasmada en el bello contenido de sentidos, tal vez en la nostalgia de reencontrarme...