AQUI PUEDES SEGUIR ESTE BLOG

miércoles, 11 de julio de 2012

SUSURROS



          Con un tinte de incertidumbre dije que hacía algún tiempo no sabía de ti... parece entonces que te invoqué... y apareciste. Estabas preciosa, con la mirada triste y rodeada de tus amigas.


Quise abrazarte, sólo eso… sin que las palabras dañaran esta sensación de recordarte sin dolor, quise  apretarte gradualmente para contarte que todo este tiempo que no he pasado a tu lado, deseé que hayas estado bien.


Pero no. Te saludé de mano, como un desconocido cordial, sin expresiones, sin merodeos… fui directo, tranquilo… ¿te confieso algo? Alcancé a olerte… y eso me llevó al nuevo lugar en mi cabeza que se puebla de todo lo relacionado contigo. También saludé a tus amigas,  fueron no más de 20 segundos frente a ti, pero quedé descompensado, con ganas de fumar y con la convicción de que estás bellísima.


Supongo que haces más ejercicio del acostumbrado, tus tiempos conmigo, ahora los inviertes en tus enemigos abdominales… en fin, no quiero asomarme a tus rincones de intimidad, ya que justo eso fue lo que acabó nuestra relación… disculpa por favor, quise decir esa relación.


Me quedo entonces con un par de cosas que dejaste inconclusas, los recuerdos de mi terquedad por amarte y la extraña sensación de que hice lo que pude para estar contigo. 


Raramente, te lo confieso,  me siento satisfecho, me colmé de tu cuerpo, hasta donde tus perversiones me lo permitieron, te alimenté el alma, hasta donde tu pasado me dio permiso y compartí mi energía, hasta donde tu autoestima fue permisiva... pero, ya estoy en una etapa de reposo... y esa ansiedad adolescente brilla por su ausencia, quizá, para amarte se necesita más paciencia que amor.


Te dije, que, de alguna manera siempre estuve preparado para esto… algo así como un adiós obvio, la triste crónica de un adiós evidente, en efecto, tu situación y la mía, son como esos chistes que entiendes tiempo después. No sé si por trascendentes o porque son muy complejos.


Sé que no me lees, sé que piensas que escribo lo mismo para todas y que sólo uso las palabras para no derrumbarme en mi supuesta seguridad emocional, pero, también sé, que tienes una información privilegiada sobre mis sueños y esperanzas… una especie de facilitador conceptual cartográfico existencial, que te permite saber exactamente qué pasa conmigo... Como podrás ver, aún sigo siendo imprudente... y toda esa amenaza obsesiva y terca de hacerte feliz, quedó reducida a las deudas entre tú yo.


No tengo ni idea, de cómo culminar esto (me refiero a este escrito y a mi vida junto a ti), no quiero parecer un pordiosero, arrastrándome por las migajas de tu existencia (que ya no existe), tampoco quiero ser un soberbio caradura, que está impermeabilizado ante cualquier cosa… no quiero portarme como un loco que te desea y te rechaza, que te anhela y te desprecia… quiero empezar a construir de nuevo… sin ti, pese a ti, a partir de ti.


Suenan viejas voces en mi cabeza… todas de distinta naturaleza… está la nostálgica, la libidinosa, la intelectual… todas y hablan de mil cosas… a lo lejos hay una nueva vecina, es hasta ahora un susurro… dice de manera casi imperceptible: “Está mejor sin ti…”


Aún tengo un temblorcito sospechoso en el hombro, es quizá mi exageración con la práctica de tenis de mesa, o la represión del abrazo ese del segundo párrafo… 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es aterrador encontrarse con un ex! pero lo haces ver tan liviano.

Esa frase: Para amarte hace falta mas paciencia que amor, es tuya?