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lunes, 26 de noviembre de 2012

POLÍGAMO… BÍGAMO… MONÓGAMO Y ESTO DE AHORA...


Todas las parcelas de mi vida tienen algo tuyo 
y eso en verdad no es nada extraordinario 
vos lo sabés tan objetivamente como yo.

Sin embargo hay algo que quisiera aclararte 
cuando digo todas las parcelas 
no me refiero sólo a esto de ahora 
a esto de esperarte y aleluya encontrarte 
y carajo perderte 
y volver a encontrarte 
y ojalá nada más.

(“Mucho más Grave”. Mario Benedetti)

Ya me lo habían dicho en varias ocasiones… promiscuo, insensato, cínico… defendía mi posición de polígamo a capa y espada, argumentando que era fiel a mí mismo y que en realidad la vida era muy corta, que todo se trataba de un asunto cultural y hasta metía asuntos de falsa moral… por supuesto, me llovían argumentos en contra y algunos otros –pocos en verdad– de aceptación. Todo empezó en mi niñez (véase la excusa), o quizá en mi adolescencia (véase el argumento).

“No puedes hacer feliz a una sola pero haces infelices a varias”, me decía alguna fémina con cierta repulsión, “No te has enamorado de verdad” decía otra, “El sol cada día no sale dos veces” plagiaba otra, “Mira el ejemplo de tus padres…” una más moralista… “Te quiero como eres” una más, y “Exclusividad no… pero prioridad sí”… alguien más.

El desgaste que implica sostener varias relaciones, sumado al tema de la explicación, de las llamadas indiscretas, del arte de no dejar huellas visibles para los demás, y todo el protocolo como regalar los mismos perfumes, tener que cenar varias veces, y luchar con la posesividad, son sólo algunos elementos traumáticos, pero, que siempre se pagan al encontrarse en ese contexto de la verdad de los amantes. Verdad que por demás, no existe, no es… si llega a serlo inmediatamente desaparece.

No se trata de sexo, un desenfreno de la libido, o que una no te dé lo que da otra, no se trata de contrastes, de baja autoestima, de falta de dignidad o de respeto… la verdad es que hay cierta ambición de compartir la vida, lo que en el fondo es un síntoma de soledad.

Tanta ansiedad, termina haciéndote esclavo de la libertad, y en ocasiones, después de tanto volar no encontraba un aeropuerto en el que me sintiera cómodo.

Pasó. Entonces decidí estar con una sola mujer; pero se apareció otra que no exigía nada más allá de un beso, que sabía escucharme y que se divertía con cuanta tontería se me ocurriera… lo intenté… pero sus ojos, su tatuaje, su conocimiento de mí, me doblegaron… lo intenté, pero su piel me hacía susurros ensordecedores, por no decir que su influencia era un tema espiritual.  Cuando decidí dejar a mi pareja, ella me habló como amiga. “Nunca te he pedido nada, pero escúchame, ella, te ama… quédate… yo me voy.”

Me costó mucho superar ese asunto… letras, lágrimas, whiskey…

Seguí con mi pareja, pero la convivencia, cobró con usura y los asuntos domésticos opacaron el romanticismo, nos convertimos en compañeros de apartamento… indignado, derrotado y cansado, terminé aquella relación, y mi costumbre de no estar solo me llevó a los brazos de una mujer fantástica… ella, tenía algunas inseguridades, unas provenientes de su infancia y otras por haberse metido con tipos como yo.

Me pasé meses diciéndole que era hermosa, convenciéndola de que la quería y que no tenía nada con nadie más. Alguien me envió un mensaje pornográficamente comprometedor y de ahí en adelante los temores tuvieron fundamento. Nunca supe quien fue o porqué lo envió, pero no tuve nada que ver. Pasaron más meses de súplicas, y cuando ya parecía que la confianza había vuelto, ocurrió el descubrimiento de aquella conversación con una ex sobre sexo y ella asumió que esa era la prueba reina, su locura tenía sentido y yo no había dejado de ser el maldito que ella creía.

Me cansé. No quise demostrarle nada, pensé que mi entrega había sido suficiente evidencia, o que quizá la aceptación de su familia y de la mía eran un garante… le fui fiel.

Quedé maltratado y por primera vez estuve solo… unas semanas. Entonces, llegó alguien con quien había dejado más inconclusiones que certezas, una de mis detractoras… me había dicho años atrás “Eres lindo e interesante, me gustas, pero no voy a ser tu postre”.

Habían pasado años y estaba bella y comenzamos una relación, de mi parte sin pretensiones de su parte con exigencias, pero tanta presión llevó a que me sintiera controlado y sin disposición.

Solo de nuevo.

Lo pensé… lo medité e intenté convencerme de que quizá era el momento de estar sin relacionarme emocionalmente…

¿El azar? ¿La suerte? ¿El destino? ¿Las coincidencias? ¿Confabulaciones astrales?... 
En un juego de bingo la vi… una pequeña preciosa… una alegre princesa de ojos pícaros, sonrisa exacta y actitud livianamente perversa… la amiga de una amiga, entonces, mi amiga, al saber que me había parecido linda, fungió como celestina perfecta, fue mi mejor publicista, fue mi jefe de campaña… trabajó con constancia y un día nos vimos los tres.

Yo estaba nervioso, mi amiga me aconsejaba y ella, la niña bonita, disfrutaba de mi postura seria, me contó en 6 minutos su vida, supe entonces que si la miraba a los ojos tendría un naufragio seguro, observé sus manos pequeñas, sus movimientos, su forma de reír, tomé apuntes sobre sus prioridades, sus gustos, sus sueños…

Al día siguiente le compré un libro sobre un tema que a ella le interesaba, y esperé con ganas la siguiente cita. Mi inteligente celestina jugó bien sus cartas y fue acomodando las situaciones… pero habría de pasar un extraño fenómeno… Ella terminó su relación… y yo simplemente suspiré profundo.

Nos vimos en un lugar mágico, en una noche mágica… vinos calientes y un beso de cierre.... obviamente mágico.

Descubrí a una mujer preciosa, con una fuente inagotable de emociones, que la hace variable, incontenible, fantástica.

Fui un indecente caníbal, fui un patético poeta ilusionado, un cartógrafo de su piel, un llorón de miedo, y pensé entonces en mis posturas sobre la poligamia, la bigamia y la monogamia, y por primera vez, me di cuenta de que esta mujer, contiene el hechizo de lo múltiple… y que cada vez que despierto a su lado, estoy con alguien distinto, alguien que puede reír o llorar por el mismo motivo, que puede ser tierna o cruel en la misma circunstancia.

Como ves es más grave 
muchísimo más grave 
porque con éstas o con otras palabras 
quiero decir que no sos tan sólo 
la querida muchacha que sos 
sino también las espléndidas 
o cautelosas mujeres 
que quise o quiero 
porque gracias a vos he descubierto 
(dirás ya era hora y con razón) 
que el amor es una bahía linda y generosa 
que se ilumina y se oscurece 
según venga la vida 
una bahía donde los barcos 
llegan y se van 
llegan con pájaros y augurios 
y se van con sirenas y nubarrones.

Una bahía linda y generosa 
donde los barcos llegan 
y se van 
pero vos 
por favor 
no te vayas.

(“Mucho más Grave”. Mario Benedetti)

Bueno, ¿y ahora?... No lo sé… me tiene vivo la promesa de amanecer a su lado, de que hable sobre lo nuestro con sus amigos, me tienen en vilo su temperamento y sus luchas internas… sus manifestaciones de apego…

Dice que me quiere y yo que la adoro… ahí vamos… No sé cómo catalogar esto, poli, bi o mono... la verdad no me importa... sólo puedo sonreír...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ummm mi primer comentario que emoción :o jajajaja bueno amor solo queremos decirte que te queremos mucho :) que nos haces muy felices y que gracias por escribir cosas tan hermosas.
esperemos que pasa recuerda que las cosas planeadas no salen ;)
:*

Anónimo dijo...

bueno pues yo también creo si llegar a ser de los detractores, que tener varias parejas y hacer todo eso que se debe para tener las cosas bajo control es n juego en el que tarde o temprano se pierde, a lo mejor, cuando ya pensamos estar fuera de ese juego.
mucha suerte maestro, lo mejor es vivir, sabiendo que la vida es aquello que pasa mientras hacemos otras cosas, felicidades por su presente