Amanecer a su lado: esa era la nueva esperanza que me
mantenía con vida, como si nunca hubiese sentido esa sensación de necesidad y de ansiedad; asumí que con
ella,
ganaría mi existencia y que todo eso que me había traído hasta este momento, era el
camino perfecto, el rumbo exacto para encontrarme.
Empecé a pensar que eso que se llama destino, tenía
la forma de mujer, con labios preciosos, piel tersa, mirada soberbia y olor fascinante… pero de alguna manera, mi pesado pisado pasado, me cobraba con cuentas de miedo.
Dudé.
Empecé a pensar que eso que se llama destino, tenía
la forma de mujer, con labios preciosos, piel tersa, mirada soberbia y olor fascinante… pero de alguna manera, mi pesado pisado pasado, me cobraba con cuentas de miedo.
Dudé.
Mientras mi corazón, celebraba con fiestas el único
encuentro que estaba esperando, mi razón armaba complejos sistemas de precauciones, así, en aquella trillada pelea,
surgían los temores racionales, basados en el dolor, la decepción y la angustia de volver a
entregar todo sin
corazas, desdoblar mi alma sin prevenciones, amar sin escrúpulos, era claro, según lo visto, que esa estrategia desmedida, había traído más problemas que alegrías, más
recuerdos tristes que la anhelada paz, que la inalcanzable alegría y que sólo había logrado
vincularme, lastimosamente, a apegos, de piel, de ideas de amar y de querer querer.
Cuando la vi, sentí que todo era posible y que descongelar mi
ternura, era el tema principal, ahora, recibí un llamado para volver a respirar.
Yo no buscaba nada, sólo sé que ella llegó, como reescribiendo mi historia, apareció en el momento justo en que la esperanza estaba distraída, la valentía estaba de compras y la nostalgia de vacaciones; ella se presentó sin más pretensiones que arruinar mi vicio de soledad, como dejando mensajes de refuerzo de que la solución de todo es estar juntos, y que la lluvia ya no era triste.
Conocí su familia, supe de su dolor más profundo y me
añadió a sus planes, asistió en primera fila al espectáculo de mis catarsis y me convenció de que la felicidad total, gratis y fácil es un hecho verídico. Hizo todo eso, sólo con un beso.
Yo no buscaba nada, sólo sé que ella llegó, como reescribiendo mi historia, apareció en el momento justo en que la esperanza estaba distraída, la valentía estaba de compras y la nostalgia de vacaciones; ella se presentó sin más pretensiones que arruinar mi vicio de soledad, como dejando mensajes de refuerzo de que la solución de todo es estar juntos, y que la lluvia ya no era triste.
Conocí su familia, supe de su dolor más profundo y me
añadió a sus planes, asistió en primera fila al espectáculo de mis catarsis y me convenció de que la felicidad total, gratis y fácil es un hecho verídico. Hizo todo eso, sólo con un beso.
Rondando mis pensamientos, mordisqueando mis ideologías,
haciéndome reír, soportando mis ocultas ganas de llorar por todo… de repente, sin pensarlo, me invadió, me quitó los disfraces, zarandeó mi estructura emocional, y empezó con una campaña de buena energía, de
cariño
orgulloso, de sentimiento puro, bonito y sincero. Me hizo creer que sí existe el amor.
orgulloso, de sentimiento puro, bonito y sincero. Me hizo creer que sí existe el amor.
Todas las sensaciones, quedaron albergadas en sus manos, mi
voz sólo sabía decir su nombre, mi entusiasmo había resucitado, ella y su propuesta de estar conmigo me habían transformado.
Ahora, sólo debo hablar de amor, hoy es mi obligación
cerrar los ojos y ver su sonrisa -que es melodiosa-, sus condiciones son simples: honestidad, respeto y amor, no hay más;
quizá sólo pueda oír el sonido de su tacto acariciando mi cara o sentir que soy mejor hombre a su
lado.
Con las expectativas renovadas, con la certeza de haberme encontrado en la más feliz cita ocasional… así, como si nada, como si todo lo vivido hasta este día, como si todo lo que he hecho navegara hacia el puerto de su universo, que me dio la bienvenida.
Con las expectativas renovadas, con la certeza de haberme encontrado en la más feliz cita ocasional… así, como si nada, como si todo lo vivido hasta este día, como si todo lo que he hecho navegara hacia el puerto de su universo, que me dio la bienvenida.
Tal vez, soy el resultado de mis experiencias, quizá he sido
un cínico suertudo y hasta hoy he olvidado ser alguien que piensa en los demás, pero ella, me ha otorgado la
fuerza para perdonar; dice que le gusto por lo que soy, que admira lo que hago, y yo, de a poquito me
voy sintiendo atado a su forma de mirarme.
Me miro al espejo y hay algunos rastros de experiencia en mi
piel, son líneas de tiempo que informan sobre lo que he sido, ahora se dibujan sólo con la identidad de lo que
soy con ella.
Amar es tan fácil… sólo se trata de obviar las amenazas terroristas
de las emociones traidoras y liberar el sentimiento verdadero para tocar la inmensidad, la posibilidad de
ser humanos bajo los más inciertos designios de esa fuerza cósmica, casi como un camino que construyen las esencias de las almas gemelas que se encuentran... que se reconocen.
1 comentario:
Querido y apreciado profesor Lopez, hermosas palabras.. pruebas por escrito de algo intangible.. los sentimientos de lo cual las únicas pruebas que dejamos los humanos son los actos. Me alegra que este saliendo un nuevo sol para Usted, para Usted que tanto lo merece.. Un abrazo.
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