AQUI PUEDES SEGUIR ESTE BLOG

miércoles, 11 de diciembre de 2013

AMOR POLAR POLAR (LO QUE PASA DESPUÉS DEL ODIO)


Tu piel dorada es la existencia de la perfección; 
tus mejillas redonditas me recuerdan 
que debo ser sutil para tocarte, 
rudo para poseerte y poeta para narrarte… 
no me canso de ver tus ojos pequeños 
y tus labios que dudan y se estiran 
como como señalando el cielo… 
tu performance íntimo, tan preparado y siniestro, 
me causa el freno más acelerado que haya vivido… 
Tú, preciosa, 
con tu propuesta de comprensión sesgada, 
me haces pensar en mi pasado, 
como una antesala para poder asumirte.

Se aleja el color de su piel simple,
 que es como el de todas aquellas 
que se unen a la belleza colectiva, 
no tiene identidad, 
y se acopla a lo que exija la moda. 
La retención de líquidos en sus mejillas,
carece de gracia 
hasta para Botero… 
le gusta lo ruin 
como su espíritu miope, 
le gusta lo rudo 
como sus maneras aprendidas a la fuerza, 
y dice que lee, 
y discute 
desde definiciones 
tan insolentes como insolventes.
Sus ojos pequeños,
se mueven como en vigilia constante,
 como muestra de ansiedad 
por encontrar alguna razón 
para no verse a ella misma
 y sus labios pronuncian,
en un tono fastidioso, 
las mismas, 
copiadas y 
superficiales frases de siempre… 
Le gusta dominar, 
en eso de lo íntimo, 
le gusta jugar a ser perversa, 
una pequeña e inocente vampiresa moralina, 
de insoportables maneras, 
reprochables gustos 
e imperdonables abordajes conceptuales.

Te sabes linda como solitaria, 
huyes de aquello que no te complace y 
te conviertes en espectro, 
estás y no estás, y con fuerza, 
vas dejando huellas en las vidas de los demás, 
te sabes centro y periferia, 
vives en el presente con sesgo de pasado y 
crees que un futuro que ya pensaste… 
vuelas y reptas, 
y vas de estados de ánimo eufóricos a tristezas repentinas… 
eres el universo de las sensaciones, 
así, saludas con cortesía, 
sonríes con facilidad y capturas con gracia.

Su belleza oscila 
entre su pelo teñido 
y un maquillaje comercial, 
sabe que puede despertar 
las ansiedades de entrepierna 
de cualquiera 
y selecciona a quien le apetezca… 
pero también,
 sabe que deslumbra pero que no trasciende…
Habla de fantasmas 
y tiene tantos 
que se confunde, 
con su propia mentira 
de lo que dice que es existir… 
quiere hacer tantas cosas, 
menos encargarse de su propia parodia 
que osa en llamar vida. 
Vive del recuerdo, 
no pudo superar a aquel 
que la maltrató y la hizo sentir tan mal, 
que por fin encontró alguien acorde a sus necesidades rastreras.

Me encantas. 
Tu propuesta conciliadora y repleta de acuerdos
y esa manera de abordar 
los conflictos con racionalidad 
y sin perder tu postura de niña buena, 
de verdad me encantas, 
en las fiestas con tus amigos, 
en las que cantas y te embriagas. 
En serio me encantas… 
¿Recuerdas que las personas que me conocían
te decían que me cuidaras, 
así como lo hicieron tus amigos?

Ese encanto se transformó 
en algo muy parecido 
a la pobre misericordia. 
Habla mentiras 
sobre lo que acuerda, 
recula con facilidad 
y acomoda todo 
a sus aires de promotora de paz, 
dice que detesta lo consensuado 
y ella está amarrada 
a su ausencia masculina 
ligada a privaciones de infanta. 
Pasa por encima de los protocolos 
haciendo caso 
a sus lubricaciones, 
piensa con sus cierres y 
actúa con sus aberturas.

Tu voz mi vida, 
¿recuerdas que cantábamos juntos
 mientras caminábamos tomados de la mano?... 
tu voz mi vida, 
me provoca la sensación de una caricia
en esa tarde lluviosa…

No. 
No la recuerdo, 
no encuentro el tono en el que hablaba, 
quizá un poco nasal 
y sin técnica adecuada… 
¿la canción? 
No, 
tampoco sé de qué se trata…

Un día, me escribiste una carta, 
te excusabas por los posibles desaciertos gramaticales, 
pero en ella 
expresabas que me amabas, 
y entre tantas cosas, decías sentir de nuevo… 
y yo que me alistaba para compartir mi mundo
y yo que te quise llevar al lugar donde trabajo
y yo que de a poco fui cambiando el significado de la lluvia
para mojarte con mis esperanzas 
de volar (obvio… no literalmente)

Reviso sus propuestas 
escritas y gráficas, 
en las que me manifestaba 
su sentimiento. 
Después de leer, 
paso por alto sus errores ortográficos
 y omito sus muletillas, 
quiero hallar elementos 
relacionados con 
sus representaciones mentales, 
de aquello que expresa… 
Reviso una y otra vez, 
cada vez con menos dolor 
y más dignidad, 
y hallo un denominador común: 
SU CAPACIDAD DE MENTIR.

En estos momentos no estás… 
Estamos mal... 
la muerte de alguien nos ha separado… 
no sé de ti, 
y lo peor es que estoy seguro 
de que no quieres saber de mi… 
caí en esa cosa que planteaste como amor… 
ahora que lo pienso, mi amor, 
no debí aceptar que fuéramos amigos, 
sólo porque te sentías asfixiada… 
me entristece la manera en que tu silencio me grita…

Yo insisto, 
que la rabia no es con ella, 
sino conmigo 
por mi estupidez… 
algo así, 
como encontrarse
en un sábado lluvioso,
prestarle mi chaqueta 
y acompañarla mojándome… 
mi estrategia de la entrega, 
se convirtió 
en una gratuidad asquerosa… 
la quise gratis y no le importó… 
así, 
su imagen se desmenuza 
en el sifón correcto 
de los recuerdos incorrectos.

Hablamos, 
me dijiste que no podías asumir esto y
que tu corazón, cuerpo y alma,
estaban prendados de otra persona, 
que yo había sido bueno, 
pero que todo debía terminar. 
Te dije, 
Vete y gracias por todo.

Terco, 
malicioso
 y masoquista… 
recurro a los rastros encontrados
 en el reciclaje tóxico 
de mis memorias prohibidas, 
intento saber 
quién fue aquella que no coincidió conmigo… asumo con falso orgullo masculino, 
el hecho de haber estado 
en el hábitat de su sonrisa vertical… 
pienso en su familia 
y la fabulosa manera como me recibió… 
pero hay un momento 
en que la odio, 
no por el hecho de no estar aquí, 
no por no haberme escogido 
o por incumplir lo que prometió… 
la odio 
porque me hizo creer 
que era digna de que yo la amara.

No hay comentarios.: