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miércoles, 14 de mayo de 2014

DISCULPE USTED, ES QUE LA EXTRAÑO


He aprendido que nada es obvio,
menos lo relacionado con las emociones;
quizá no puedo besarla,
mirarla a los ojos, sentir su aliento,
sujetarla por la cintura o fingir sumisión 
al dejarme montar la pierna 
como acto de dominio;
lo más seguro es que intento acercarme a Usted,
mediante unas letricas
 que van apareciendo en una pantalla
que pretende llenarse de argumentos,
algunos más claros y sinceros
 y otros resentidos y mañosos, 
pero al fin y al cabo justificaciones
de esta distancia
y de este espacio que hoy me atormentan.

¿Sabe? soy simple, rencoroso, sensible,
también soñador y un poco exagerado,
creo en cosas como el honor y la inteligencia,
a veces me complico innecesariamente
y sobre todo,
me jacto de mi capacidad de leer a las personas,
por ello,
me convenzo de que el romanticismo debe triunfar
y que el amor
es lo mejor que le puede pasar a cualquier persona.

Creo en la justicia universal,
he tenido algunas diferencias con las religiones
y me he perdido
y encontrado en explicaciones del mundo,
  he llorado por amores,
me han defraudado la confianza, 
y he aprendido a los golpes que
 la vida siempre
lo pone a uno en el lugar donde debe estar.

Dirá Usted, que escribo sobre mí
y que como dice un amigo,
escribo para acicalar mi ego,
permítame corregirla,
puedo hacer todo eso,
 porque me he descubierto en Usted,
 porque en su cuerpo como lienzo en blanco
 he escrito mis mejores caricias,
 porque 

su ternura
me ha llevado a doblegar mi desconfianza,
porque he podido sentir su miedo.

Si no ha sido suficiente para Usted,
la presente exposición del por qué la extraño,
 permítame añadir un par de asuntos,
 éstos relacionados con
 su manera de tratarme y
sus propuestas de estar juntos.

Así, lo referente a su trato,
 me agobia,
pues en sus planteamientos
de silencio y ausencia,
escucho tantos susurros y negociaciones,
que empiezo a aturdirme,
es verdad,
me ofusca,
me reta,
 quizá sea su debilidad
la que me insta a protegerla,
 y he ahí su truco,
se condecoró con mis propias medallas,
las hurtó
y oronda las expone con orgullo cruel,
como si no le importara
que yo me muriera frente a Usted,
 por la simple posibilidad de su partida.

Sobre sus propuestas de estar juntos,
quiero decir que
 son

 bellamente ilógicas,
 perversamente preciosas
e irónicamente perfectas,
 así, es Usted,
 una maraña de admirables virtudes,
que se encierran en un cuerpo bien definido.

Soñé que la besaba tanto que mis labios no entienden ni saben pronunciar más que aquello que dicen los suyos. La extraño de verdad y de mentira, la extraño en la superficie y en la profundidad, en lo particular y en lo universal. La extraño porque sí y porqué no y también por si acaso.

Cabe entonces, la posibilidad de que
la extrañe tanto
o casi más
de lo que la quiera.

Y como en una pesadilla,
dejé de saber de Usted,
y me enfermé
 y me dolió la cabeza,
y se me pasó la gana de cenar,
 y entonces,
 me di cuenta que estaba haciendo una pataleta
sin que Usted me viera,
y que estaba extrañando la forma de extrañarla,
pues en verdad,
no la he abandonado, así como Usted sí a mí.

Sí,
 debo aceptarlo,
 pretendo hacerla sentir mal,
 que los demás digan,
“pobre, lo trata mal” 
y que de alguna manera Usted,
venga a salvarme de su alejamiento.

Disculpe Usted,
quizá eso hace parte de mi último desvarío,
 o sólo escribo disparates para llamar su atención… 

¿Sabe?
 Me siento como el  Maxwell Dillon,
 uno de los personajes del Hombre Araña, 
ignorado, invisibilizado… 
y Usted, que se acordó de mi nombre,
y yo, 

que creí verme en todas sus pantallas…  

Así es, si no me lo dice,
si no me lo recuerda,
la empezaré extrañar a mi manera,
 es decir sin Usted.

¿Preguntará si esto es una amenaza?
La respuesta es sí.
 ¿Si ve?, 
todo lo que me causa no tenerla de verdad. 

Mi autoimagen de modelo de Botero,
mis laberintos emocionales
con los muros cada vez más altos…
y Usted ahí, a mi ladito,
 mirando cómo invento todo esto
 para decirle que la adoro,
y Usted impasible,
 serena,
como si no se diera cuenta
 que me duele la vida, si no está aquí,
 conmigo.

1 comentario:

PoLlitO PaTaleToSo dijo...

wuauu profesor Lopez..

Confieso que hace rato no leía algo que chocara mi imaginación contra mis emociones.. elocuente y a la vez no tanto, pero es que en cosas del amor que lo es? muy pronfundo, muy muy .. Usted!

Un enorme abrazo y sepa que no dejo de seguir sus escritos :)