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martes, 12 de agosto de 2014

TRILOGÍA DE FRAGMENTOS TEMERARIOS


DEL TEXTO: INTENTO DE NO SER FELIZ

Todos mis orgasmos son tuyos
 (literalidad sublime)

Habían construido algunas fantasías, como aquella silvestre de hacer el amor en un prado hacia las 3:30 pm, con un sol tenue y un viento que les acariciara los cuerpos. También se habían dedicado a reconocer sus rincones, los físicos y los mentales, los de la piel y los del alma, y en ese manoseo, lograron identificar que eran almas gemelas, espejos que no se distorsionaban al ponerse de frente, sino que reflejaban un infinito posible de ver y factible de disfrutar.

Pero él tenía tantos vacíos, que empezó a temer que tanta felicidad fuera verdadera, que ese estado de plenitud, fuera un truco más de su sino, y temblaba y sospechaba y entonces pensaba más de la cuenta y los silencios fueron más grandes que las palabras de amor.

Empezó a pensar en el pasado de ella, sus parejas, sus amantes, sus deslices, sus gustos excesivos, las promesas con otros, todo era como una sinergia de asesinos de ilusiones, una conjugación sistemática de temores, miedos y ansiedades, una mezcla de tragedia y mala suerte simulada, apalancada en sospechas…

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DEL TEXTO: UNA QUINCENA DE ESPERA PARA AQUELLO

¿Será el destino un juguetón cruel?

Era talentosa, pero sus curvas no se habían podido acomodar a mis lineamientos, si bien, eso del descaro, nos había arrojado a unos cuantos hacinamientos táctiles, la consumación geométrica estaba en unos trazos casi finales.

Un día, recurriendo a su teatralidad, fingió ser un perro, zarandeó sus caderas y se inclinó ante mí, levantó su pierna e hizo la escena típica de la orinada canina. No sé que fue eso, quizá la sumisión de su parte, la animalidad tan bien representada o verla tan metida en su papel, me catapultó al siguiente nivel. Se lo dije de frente, sin miramientos, sin más que la verdad de las ganas y el argumento de ser un navegante submarino en su vientre.

No pasó, pero se presentaron acercamientos indecentes que aún me sonrojan, fotografías entre las sábanas, en la ducha, mensajes ardientes y abrumadores, un esquema de amenaza erótica que incendiaba las palabras y enardecía todo lo que queríamos hacer.

“Conseguí un amante”, me dijo sin piedad, y antes de que yo le respondiera, escupió una reprimenda por todas aquellas que ella se “había tenido que aguantar”, entonces callé con la dignidad de alguien que sabe que lo hubiese podido hacer mejor, pero, al final de su historieta, advirtió que estaría sola pronto, y que yo vería que iba a hacer

Fueron los quince días más largos que recuerdo haber esperado. Estaba dispuesta, preciosa, ambiciosa y deseosa de probar si yo era tan bueno como ella creía o de probarse si estaría al nivel que ella creía que yo tenía. No dije nada. 

Hice lo que tenía que hacer. Fui soez, rudo, delicado, paciente, exacto.

No hablamos mucho, pero hicimos todo. La sujeté fuerte por la cintura, la miré a los ojos, la olí, la tomé por el cuello; ella temblaba de angustia.

Me acerqué y la besé.

Ese fue el siguiente nivel.

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DEL TEXTO: NO SOY CELOSO (JA – JA –JA)

Gracias… Me has hecho detestar todo lo que tenga que ver con tu pasado, los atléticos cuerpos que has acariciado, los lugares en los que has compartido tu lubricidad, los detalles que te han dado, las propuestas indecentes, decentes y decentísimas… todo lo que has hecho, dejado de hacer, pensado hacer o fingido que haces.

Pienso entonces que lo que me dices ya lo has dicho, que extrañas a otros, que soy parte de tu rehabilitación mientras los vicios son los que importan. Busco en tu piel el sabor refugiado del algún peregrino suertudo, y quiero ver cosas que no existen pero sé que son verdad.

Encuentro pistas que invento, y sé que me escondes tus verdades para evitar que caiga en la tentación de hacerte algún reclamo, y parece que te reemplazo mientras vas a la cárcel de mis temores por no satisfacer mis propios miedos, por ser menos que todos los patanes que te han tocado, o por ser más que todos los desgraciados que están en la fila inmunda de tus recuerdos.

Pero no te digo nada, y sólo quiero borrar todo, borrar a ese poeta enamorado, a ese atleta mediocre, a aquel indigno, al precoz, al cara de perro, al marihuanero ese, al doctor, al del carro, a todos… pero no te digo nada, y me voy convirtiendo en la negación de mi propia negación, y te miro con serenidad mientras hay guerra en mi mundo.

Dame paz por un momento, hazme saber que eres tan mía como dices, me volviste ambicioso, ventajoso, quiero siempre más, quiero todo, lo que eres y lo que no eres, lo que dices y lo que callas, quiero ser la sed de tu humedad así como eres la angustia de mi deseo.
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