Es un pensamiento confundido con un recuerdo que se disfraza
de esperanza,
algo así como una exploración prohibida en laberintos con señales confusas…
algo así como una exploración prohibida en laberintos con señales confusas…
Quisiera que me recordaras, más allá de tu piel y los nacimientos
acuosos de tu ángulo sagrado, que pudieras contar que alguna vez fuiste
explorada, que te sentiste colonizada y conquistada. Que en tus comentarios
noctámbulos digas que fuiste hurtada como un tesoro, despojada de tus joyas,
desnudada de tus angustias y engullida sin miramientos ni mandatos, como debe
ser.
En tus ojos vi una certeza inaudita,
como si supieras qué es exactamente lo que deberías hacer.
como si supieras qué es exactamente lo que deberías hacer.
Alguna vez fuiste cobarde y traicionera, cobarde por
perderme y traicionera por ocultarme tu verdad, también fuiste egoísta y
envidiosa, egoísta por compartirte y
envidiosa por no develar tu espíritu… yo, yo me acuso de torpe por no entender
tus claros mensajes de decepción y lamento no poder manejar mi locura por ti.
Dices que esto de estar juntos ha sido una catapulta de superación
de tus líos y traumas, me cuestionas, me preguntas, por qué estoy contigo…
prefiero callarte con un beso y sujetarte la cintura, para que sean mis labios
dialogantes que hablen con los tuyos… así, como me enseñaste.
De verdad, me causas miedo
Ahora, te indignas con facilidad, como si el amor que te
tengo no te cobijara en las noches friolentas, me acusas de tus desgracias,
como si mis manos no te georeferenciaran automáticamente… soy lo peor que te ha
pasado.
Pero tu sudor me dice lo contrario, pero tu ritmo me sigue a
la perfección y soy tu encargado de diversiones oscuras… poro a poro, sin afán
voy preguntando en una encuesta de satisfacción y soy el más popular en todos tus
recovecos.
¿Por qué estás conmigo?
Y mi boca suelta sin pensar: “porque te amo”, y entras en
una región de cálculos y cuentas, de sumas y restas, de comparaciones y
balances, de mi pasado febril, de mis
batallas perdidas y juzgas lo que he sido, me acusas de que me hago la víctima,
y que en todas mis relaciones las fulanas aquellas, son las que me maltratan…
me odias tres pasos y me amas uno.
¿Dónde están mis historias largas y llenas de detalles?
¿Dónde quedó aquella descripción abrumadora de mis sensaciones? Todas están a
tus pies, y de vez en cuando las pateas, te alabo con cada caricia y cada vez
que te olfateo… lo sabes, esto también es instintivo, un tema ancestral, un
llamado de la caverna… lo digo de manera literal.
Mírame, hazme caso…
Y te portas maleable, finges ser arcilla en mis manos,
respondes con celeridad a mis caprichos… me hablas, me educas… y yo, que quiero
ser malcriado, recibo dosis justas, amorosas y siempre consecuentes de tu
parte, con las que me moldeas a tu universo.
Te dije que quisiera trascender, pero hay un pequeñísimo
detalle… no puedo hacerlo sin ti.
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