Angustia superficial y melancolía profunda
hermanadas por la supuesta verdad de la duda
recorren las mentiras de tu ausencia cruda
y poco a poco te deslíes en mi terquedad muda.
Abandonas el hogar en una migración profana
con la excusa perversa del tiempo en migajas
dilapidas los cimientos de la confianza lozana
y fabricas miedos serios con explicaciones flojas.
Si te vuelves a ir, no respondo.
Ya no puedo defenderte ante mis temores
porque pesas en mi vida como guía permanente
pero también eres la que causa mis dolores
porque eres la que me sabe en cuerpo y mente.
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