AQUI PUEDES SEGUIR ESTE BLOG

miércoles, 13 de diciembre de 2023

LA IDEA DE UNA IDEA


Quiero que me respondas algo: 

¿Por qué despiertas en mí el impulso de escribirte?

Podría revelarte aspectos fascinantes de ti misma, capaces de maravillarte, sonrojarte e incluso sorprenderte. Como el destello en tus ojos cuando crees que estás expresando ideas inteligentes, tu incredulidad ante mis intentos poéticos de retratarte, tus sospechas ante mis perversiones con alguna de tus amigas, o mis exégesis frente a los laberintos de tu existencia.


Hoy, no me referiré a tus pómulos bien definidos, a tus manos sugerentes e indecentes o a aquella ocasión en la que pensé que tenías una nalga deformada, solo para descubrir que tu falda estaba torcida. Prefiero hablar de mí.


¿Y si te dijera que me encuentro a mí mismo como escritor a través de ti? ¿Que puedo sentarme en tus piernas mientras prefieres mantener los ojos cerrados? ¿Que he sentido el sol que te quema cuando intentas escapar de la realidad?


Pronto descubriste mi vulnerabilidad: tú. Y así, en tu papel de erizo hembra, me demuestras que tus púas son de temor, y que soy capaz de verte hermosa, incluso si tú misma no lo crees... aclaro: que seas hermosa y que yo te vea hermosa.


¿Y qué tiene que ver esto conmigo? Nada. Solo que me gusto a mí mismo más cuando te descubro, cuando te colonizo, cuando creo que te descubro y, dudablemente, cuando te colonizo.


Porque envidio tu fortaleza, porque te veo como Tinky Winky, el teletubby morado, el más grande de los cuatro, cuya antena es un triángulo invertido. Cada línea de expresión en tus ojos -¡ATENCIÓN! no dije arrugas- es un sendero hacia tus historias fallidas de romanticismo erótico. Soy quien te narra, y sonrío porque sé que tú sonríes. Me imagino que le muestras esto a esa amiga de los primeros párrafos, al envidioso poeta o a tus consejeros indefinidos.


¿Lo ves? Por alguna razón que aún no quiero entender, me impulsas; me instas a escucharte para que mi propia historia gotee en tus lunares.


Esto no es un sueño de mierda, una indigestión emocional, una comparación con una perrita de la antigua Villaviciosa de la Provincia de Hatunllacta, ni mucho menos una mención de aquel fuerte como un león. Estas letras son mi manera de decirte gracias, porque te conviertes en mis composiciones de cierto número de versos para que las cante una sola voz, porque renazco al verte.


(Todo eso lo pensé, pero sólo dije:)


¿Cómo estás?

No hay comentarios.: