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miércoles, 13 de diciembre de 2023

¿Líneas o puntos?

 Los trazos plasmados en tu almohada resultaron ser puntos en lugar de líneas, ¡qué decepción! Y yo, que había elaborado un discurso completo sobre los caminos del destino, la redundancia de descansar tus mejillas mullidas en un objeto suave -mullido-, la mención de tu amante árabe y la relación con el término al mujáda.

No deseo contemplar tu rostro sonriente en la foto que me enviaste, ni perderme en tus labios o en tu cabello delineando siluetas en tu frente, que usualmente tiene el ceño fruncido. Menos aún quiero imaginar tu fragancia nocturna o tus movimientos de gatita ronroneante. Por eso, y espero que no sea demasiado evidente, el tema es la almohada.

Tú, que escuchas sus sueños, dime de qué color son.
¿Son mal combinados o en tonos sepia?
Confieso que me intriga saber si ella ronca o babea,
si sonríe en la oscuridad o hace gestos de repugnancia.

Quisiera creer que provienes de una oveja feliz
y que fuiste confeccionada en una fábrica nacional,
porque sería desgarrador pensar que eres reciclada
y producto del maltrato de un niño empacador chino.

Y ¿qué hay de los puntos en tu funda?
¿Son referencias, signos de puntuación desubicados,
lunares psicorígidos o acaso huellas que me indican
el camino hacia los sueños de tu dueña?

¡Silencio! No me hables de sus noches compartidas,
ni menciones los movimientos estridentes,
ni sus gemidos de placer, a veces fingidos
y otras veces exagerados. No te atrevas a insinuar nada
sobre el sabor de sus lubricidades.

Hablemos mejor de cuando ella rompe protocolos
y te coloca entre sus piernas, o cuando no tiende la cama
y te deja allí, junto a tus primos, los cojines.

¿Cómo dices? ¿Que guarda su pijama debajo de ti?
¿Y que, afortunadamente, vino un amante a casa porque,
de lo contrario, no habría renovado esa maldita camiseta raída?

Espera, espera, ese no es el tema. Quiero hablar
de sus momentos antes de dormir, de cómo relaja el cuerpo
y regula la respiración, cómo se desvanece gradualmente
hasta entregarse al mundo donde es mía.

¿Qué dices? ¿Que te abraza? ¿Que ha llorado sobre ti?
Detente, maldito objeto.
Esto trata de ella, de mis sueños,
de sus pesadillas, de ovejas que se cansan de saltar,
de un árabe que intentó hacerla parte de su harén…

En otras palabras, el tema transversal de esta charla
es sobre aquellos puntos en tu funda,
cuya verdad es más simple:
ella, con sus puntos, me funda.

Un día te tocaré, para que me cuentes más,
robaré tus murmullos chismosos sobre ella,
te sacudiré el polvo de los polvos
y te dejaré ubicada por ahí, con indiferencia,
como si fueras solo una almohada más.

PD: Una línea es una sucesión de puntos,  ¿Serás mi línea, seré tu punto?  


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