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martes, 6 de noviembre de 2012

OJALÁ TE ENCUENTRE... QUIZÁ CASUALMENTE.


Criatura del Sol

Uno experimenta cosas: como eso de extrañar… como eso de no dejarse desequilibrar… pero en definitiva, el corazón no es tan tonto como para caminar por las vías del engaño, y sus saltos de alteración no obedecen a eso que llaman mente.

Pero, ella, mi traicionera mente, cede la responsabilidad de la memoria, y parece ser que, no puedo dejar de acceder al recuerdo de ti y durante cada minuto el entendimiento se nubla: Sé que no estás… De la mente también surge la voluntad, pero hoy es escasa, de ella también viene el raciocinio, pero está de vacaciones…

Y me imagino que las canciones son dedicaciones particulares, y que tu cuerpo se deslizará bajo el sudor… enloquezco en destellos de tu ausencia y parece que niños pequeños quisieran hablar conmigo… quiero besarte tanto…

Mis mensajes disimulados de desesperación por saber de ti, son excusas para la hostilidad… tu silencio certero es una misión delicada que requiere lealtad; me espanto, y parece que quiero desubicarme, me tranquilizo y entonces sólo me queda la idea de que sabré esperar el encuentro de mis dedos y tus caderas.

Invicto de mis tribulaciones, sin caer en la angustia de saborear tus manjares,  con tu pelo meciéndose en mi cara y con el presentimiento de conocerte, interno en mi propio sanatorio mental, esquivando el querer capturarte y pretendiendo aprender de tu modo libre de relacionarte conmigo.

Pero, conocerte no me fue indiferente, y tu recuerdo se despierta a mi lado, me frota la espalda en la ducha, me prepara el desayuno, y va conmigo al trabajo, se queda a escucharme y toma atenta nota, pide el mismo almuerzo, le da pereza vespertina y se queja del transporte urbano, escoge los programas de tv y se pone la piyama primero que yo. Tu recuerdo me ayuda a inventarte, tu recuerdo me susurra aquello indebido para los sueños y me permite lo perverso para las fantasías… y no sé si se trata de mí… no sé si todo esto es por ti…

Tal vez, sólo sea una pobre especulación de mi parte y tu habitación blanca, sea una de mis creaciones… y quizá haces preguntas preguntonas… y acaso te intimida mi manera de verte…

Cantas mujer… y tu silueta me cobija;  me hablas y me habita la alegría… callas y aprendo. 

Entonces, te has portar como princesa para poder ser una plebeya, como invirtiendo el cuento de Cenicienta.

¿Y qué pasa por tu mente?... ¿Números?... ¿Idiomas?... ¿Recetas de arroz?... ¿yo?...

El remedio de tu risa hizo efecto – un poco tardío ­– y viajo lento y sin afán, espero…

Diviso a lo lejos unas letras que no han sido reconocidas, textos pretenciosos con bajísima autoestima, que necesitan ser leídos muchas veces, las críticas por mis párrafos cortos, las cervezas que esperan para ser bebidas sin restricciones, tu calendario, tu regularidad, tu ternura escondida por miedo y todo lo que acontece mientras de verdad te encuentro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amigo de letras, te leo con emoción. Mi corazón te hurta frases que repito en el día y ensueño en la noche: ¡te inspira la vida del amor!...

Andrés Leonardo Torres dijo...

Ah Bueno!
Que gran texto Profe, su Recuerdo esta latente...............